INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia, los bautistas hemos estado siempre dispuestos a declarar ante el mundo las doctrinas, principios y prácticas que nos identifican como tales. Por lo tanto, consideramos conveniente publicar esta declaración de creencias y prácticas bautistas con el fin de contribuir a: (1) la instrucción de nuevos creyentes que desean integrarse a nuestras congregaciones; (2) la educación de los fieles de nuestras iglesias sobre aquellos principios que nos distinguen de otros grupos religiosos; (3) la consolidación de una base para la cooperación y relaciones fraternales entre nuestras congregaciones; y (4) la presentación de nuestra identidad ante personas interesadas en nuestras iglesias, ante los medios masivos de difusión y ante las autoridades civiles; y (5) la difusión de aquellos principios bíblicos por los cuales creemos que toda persona debe ser guiada.

Las Sagradas Escrituras son la única norma de fe y práctica entre los bautistas. Las confesiones son solamente guías para su interpretación y no tienen autoridad alguna sobre la conciencia. Son declaraciones de convicciones religiosas, basadas en las Escrituras, pero no pueden ser usadas para impedir la libertad de pensamiento, reflexión e investigación.


DIOS

Creemos en un solo Dios, vivo y verdadero personal, espiritual e inteligente. Es el Creador, Redentor, Preservador y Gobernador del universo. Dios es Señor de la historia en la cual revela su voluntad de salvar al hombre. A Él le debemos el más elevado amor, reverencia y obediencia. El Dios eterno e infinito se nos revela como Padre, Hijo y Espíritu Santo, con distintos atributos personales, pero sin división de naturaleza, esencia o existencia.

DIOS EL PADRE

Creemos en Dios el Padre, quien reina con cuidado providencial sobre el universo y sus criaturas en el curso de la historia, de acuerdo con los propósitos de su gracia. Es Padre de aquellos que llegan a ser sus hijos mediante la fe en Cristo Jesús, y se muestra paternal en su actitud hacia todo ser humano.


Textos Bíblicos: Génesis 1:1 y 2:7; Éxodo 3:14; 6:2-3; 15:11; 20:1; Levítico 22:2; Deuteronomio 6:4; 32:6; 1ª. Crónicas 29:10; Salmos 19:1-3; Isaías 43:3, 15 y 64:8; Jeremías 10:10 y 17:13; Mateos 6:9, 7:11, 23:9 y 28:19; Marcos 1:9-11; Juan 4:24, 5:26, 14:6-13 y 17:1-8; Hechos 1:7; Romanos 8:14-15; 1ª. Corintios 8:6; Gálatas 4:6; Efesios 4:6; Colosenses 1:5; 1ª. Timoteo 1:17; Hebreos 11:6, 12:9; 1ª. Pedro 1:17 y 1ª. Juan 5:7.


DIOS EL HIJO

Creemos en Cristo Jesús, quien es el eterno Hijo de Dios. En su encarnación Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo y nació de María virgen. Reveló y cumplió perfectamente la voluntad del Padre, asumiendo las necesidades y demandas de la naturaleza humana, identificándose completamente con la humanidad, pero sin pecado. Honró la ley divina por medio de su obediencia personal, y por su muerte en la cruz hizo posible la redención del pecado.

Fue levantado de los muertos por el Padre, con un cuerpo glorificado, y apareció a sus discípulos como la misma persona que había estado con ellos antes de la crucifixión. Participando de las naturalezas divina y humana, ascendió al cielo y ahora está exaltado a la diestra de Dios como el único Mediador. En Él se efectúa la reconciliación entre Dios y el hombre. Mora en todos los creyentes como Señor vivo y omnipresente. Volverá con poder y gloria para juzgar al mundo y consumar su misión redentora.


Textos Bíblicos: Génesis 18:1. Salmo 2:7. Isaías 7:14, 53. Mateo 1:18-23; 3_17; 8:29; 11:27; 14:33; 16:16,27; 27:28; 28:1-6, 19. Marcos 1.1; 3:11. Lucas 1:35; 4:41; 22:70; 24:46. Juan 1:1-18, 29; 10:30, 38; 11-25-27; 12:44-50; 14:7-11; 16:15-16, 28; 17:1-5, 21-22; 20:1-20, 28. Hechos 1:9; 2:22-24; 7:55-56; 9:4-5; 20. Romanos 1:3-4; 3:23-26; 5:6-21; 8:1-3, 34; 10:4. 1ª. Corintios 1:30; 2:2; 3:23-26; 5:6-21; 8:1-3, 34; 10:4. 1ª. Corintios 1:30; 2:2; 8:6; 15:1-8, 24-28. 2ª. Corintios 5:19-21. Gálatas 4:4-5. Efesios 1:20; 3:11; 4:7-10. Filipenses 2:5-11. Colosenses 1:13-22; 2:9. 1ª. Tesalonicenses 4:14-18. 1ª. Timoteo 2:5-6; 3:16. Tito 2:13-14. Hebreos 1:1-3; 4:14-15; 7:14-28; 9:12-15, 24-28; 12:2; 13:8. 1ª. Pedro 2:21-25; 3:22. 1ª. Juan 1:7-9; 3:2; 4:14-15; 5:9. 2ª. Juan 7:9. Apocalipsis 1:13-16; 5:9-14; 12:10-11; 13:8; 19:16.


DIOS EL ESPÍRITU SANTO

Creemos en el Espíritu Santo, Ser Espiritual y Personal, la tercera persona de la divinidad, quien inspiró a hombres consagrados de la antigüedad a escribir las Escrituras. Por su iluminación capacita a toda persona para comprender su necesidad de salvación y la verdad del evangelio. Exalta a Cristo; convence del pecado, de justicia y de juicio. Llama a los hombres a la salvación y efectúa en ellos la regeneración. Mora en el hombre total desde el día en que éste aceptó a Cristo como Señor y Salvador.

El Espíritu Santo sella al creyente hasta el día de la redención final. Desarrolla el carácter cristiano; fortalece a los creyentes; y les reparte los dones espirituales con los cuales pueden servir a Dios. Su presencia en el cristiano da la seguridad de que Dios lo conducirá a la plenitud de la estatura de Cristo. El Espíritu instruye y capacita al creyente y a la iglesia para la adoración, el evangelismo y el servicio. Bajo su imperio y dinamismo se mueve la iglesia, llevándole a cumplir el ministerio que se le ha conferido en el mundo.


Textos Bíblicos: Génesis 1:2. Jueces 14:6. Job 26:13. Salmos 51:11; 139:7. Isaías 61:1-3. Joel 2:28-32. Mateo 1:18; 3:16; 4:1; 12:28; 28:19. Marcos 1:10, 12. Lucas 1:35; 4:1; 12:28; 28:19. Marcos 1:10, 12. Lucas 1:35; 4:1, 18-19: 11:13; 12:24-29. Juan 4:24; 14:16-17, 26, 15:26; 16:7-14. Hechos 1:8; 2:1-4, 38; 4:21; 5:3; 6:3; 7:55; 8:17, 39; 10-44; 13:2; 15:28; 16:6; 19:1-6. Romanos 8:9-11, 14-16, 26-27. 1ª. Corintios 2:10-12; 3:16; 12:3-11. Gálatas 4:6. Efesios 1:13-14; 4:30; 5:18. 1ª. Tesalonicenses 5:19. 1ª. Timoteo 3:16; 4:1.

.